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viernes, 4 de mayo de 2018

Recuperación sin anticuerpos: un descubrimiento desconcertante

Recuperación sin anticuerpos: un descubrimiento desconcertante

 Los anticuerpos son un marcador de lo que ha ocurrido después de la in-fección o la vacunación, pero no son una herramienta fundamental para la misión primordial de «buscar y destruir».Una observación paradójica relativa a la inmunidad mediada por an-ticuerpo es que los anticuerpos de tipo IgG específicos se suelen formar después de que el portador se ha recuperado. De hecho, el aumento de la concentración de IgG en sangre es un método avalado por el tiempo para diagnosticar muchas enfermedades infecciosas. Esta observación plantea la pregunta de por qué se forman IgG después de la recuperación de la mayoría de las enfermedades infecciosas. Invocar la necesidad de evitar recurrencias es una respuesta de algún modo insatisfactoria si la reacción inicial innata y celular fue la adecuada para superar el primer ataque de la enfermedad.49Los científicos de la vacuna saben que el sistema inmunitario reacciona con algo más que anticuerpos pero, como los marcadores de inmunidad mediada por células son tan escurridizos, el anticuerpo se ha convertido en la referencia para determinar si la persona es inmune o no. Al preparar el sistema inmunitario con las partículas de la enfermedad presentes en la vacuna, la intención es producir una inmunidad de recuerdo para más adelante reaccionar con rapidez ante infecciones similares. Teóricamente, el cuerpo debería reaccionar enseguida y destruir a los invasores antes de que se puedan multiplicar y provocar una enfermedad evidente. ¿El anticuerpo es simplemente un marcador, o un proceso más complejo? Los científicos se sorprendieron al descubrir que las personas con déficit de producción de anticuerpos —la llamada agammaglobulinemia— se recuperaban del sarampión tan bien como las que producían anticuerpos con normalidad.50 Este «desconcertante» descubrimiento se produjo en los años sesenta, cuando la vacuna del sarampión iniciaba su andadura.

 Uno de los descubrimientos más desconcertantes de la medicina clínica fue observar que niños con agammaglobulinemia congénita, que no podían producir anticuerpos y solo tenían en circulación rastros insignificantes de inmunoglobulina, contraían la enfermedad de la forma normal, mostraban la secuencia habitual de síntomas y señales, y posteriormente quedaban inmunes. No se les detectaba ningún anticuerpo del sarampión en el suero (la parte de agua de la sangre menos los factores y las células de coagulación).51


49.A. Casadevall et al., «A Reappraisal of Humoral Immunity Based on Mechanisms of Antibody Mediated Protection Against Intracellular Pathogens», Advances in Immunology,vol. 91, 2006, pp. 1-44.

 50.Sallie R. Permar et al., «Limited Contribution of Humoral Immunity to the Clear-ance of Measles Viremia in Rhesus Monkeys», Journal of Infectious Diseases, vol. 190, n.º 5, 2004, p. 998.

51.«Measles as an Index of Immunological Function», The Lancet, 14 de septiembre, 1968, p. 611.



 Por lo tanto, la parte que en la inmunidad corresponde a los anticuer-pos no es en modo alguno necesaria para recuperarse del sarampión de forma natural.... niños con síndrome de déficit de anticuerpos contraen un sarampión de notable levedad, con el sarpullido característico y una recuperación normal. Además, no son especialmente propensos a la recaída. Parece, pues, que los anticuerpos del suero no son necesarios, en cantidad ninguna, para que se produzca el sarpullido del sarampión, tampoco para la recuperación normal de la enfermedad, ni para evitar la reinfección.52No parece que la inmunidad humoral desempeñe ningún papel importante en la resistencia natural a la enfermedad.53Si «la inmunidad humoral no desempeña ningún papel importante en la resistencia natural» contra el sarampión, ¿qué hace? La razón de que la mayoría de las personas se recuperen después de infecciones agudas es por la llamada inmunidad innata. En ella interviene una parte del sistema inmunitario que no requiere memoria ni exposición previa, y no implica anticuerpos preformados específicos. 

En su lugar, implica la activación de los glóbulos blancos de la sangre, incluidos los macrófagos, las células ex-terminadoras naturales y los linfocitos T específicos del antígeno, además de la liberación de varias citoquinas (proteínas del sistema inmunitario) como respuesta a un invasor extraño.Este aspecto de la inmunidad está presente con independencia de la vacunación, y depende en gran medida de los nutrientes esenciales. 

Cuando la inmunidad celular está afectada —por ejemplo, en la leucemia— el sarampión produce estragos.

 54, 5551.«Measles as an Index of Immunological Function», The Lancet, 14 de septiembre, 1968, p. 611. 

52.P. J. Lachmann, «Immunopathology of Measles», Proceedings Royal Society of Medicine, vol. 67, noviembre 1974, p. 1120. 

53.H. Valdimarsson, Gudrun Agnarsdottir y P. J. Lachmann, «Cellular Immunity in Subacute Scelrosing Panenecephalitis», Proceedings Royal Society of Medicine, vol. 67, noviembre 1974, p. 1125. 

54.Diane E. Griffin y Michael B. A. Oldstone, Measles: Pathogenesis and Control, 2009, p. 155.

 55.Sallie R. Permar et al., «Limited Contribution of Humoral Immunity to the Clear-ance of Measles Viremia in Rhesus Monkeys», Journal of Infectious Diseases, vol. 190, n.º 5, 2004, p. 998.


 Los defensores de la vacuna argumentan que la razón de vacunar a personas sanas es protegerlas de un riesgo mayor. Se dedican ingentes can-tidades de dinero a averiguar por qué tantas personas vacunadas siguen siendo propensas a la infección56 y por qué las mismas personas que son sus-ceptibles de complicaciones de la enfermedad no responden a la vacuna.57La aparición de un caso de sarampión en poblaciones altamente vacu-nadas siempre provoca que los responsables de la salud promuevan el miedo, porque conocen la fragilidad de la inmunidad de la vacuna.Los brotes de sarampión se producen donde menos se espera... Desde 2005 los ha habido en Estados Unidos, con cantidades sorprendentes de casos de personas que previamente habían recibido una y hasta dos dosis documenta-das de vacuna que contenía el sarampión. De hecho, en septiembre de 2011, hubo 15 brotes de sarampión con 211 casos confirmados, el mayor número de casos desde 1996.58Si entendieran el sistema inmunitario innato, la verdadera historia del sarampión y el uso de las vitaminas A y C, su reacción oficial no siempre sería fomentar el miedo.¿Qué sentido tiene someter a todas las personas sanas que normalmente no son propensas a complicaciones de la enfermedad a los riesgos, conocidos y no conocidos, de las vacunas SPR, cuyas consecuencias podrían llevar a menudo a una situación peor que la de los tiempos anteriores a la vacuna?59¿Cuál va a ser la reacción ante esto? ¿Revacunarnos a todos cada cinco años?

 Mejora dependiente de anticuerpos (ADE) 

Los científicos de la vacuna hace tiempo que confían en los anticuerpos como medida de la eficacia de una vacuna. Es un hecho poco conocido que cualquier anticuerpo, incluso los inducidos por la vacuna, puede hacer 

 56.G.A. Poland y R.M. Jacobson, «The Re-emergence of Measles in DevelopedCoun-tries: Time to Develop the Next-GenerationMeaslesVaccines?» Vaccine, vol. 30, n.º 2, 5 de enero, 2012, pp. 103-104. 

57.I.H. Haralambieva, I.G. Ovsyannikova, V.S. Pankratz, R.B. Kennedy, R.M. Ja-cobson y G.A. Poland, «The Genetic Basis for Interindividual Immune Response Variation to Measles Vaccine: New Understanding and New Vaccine Approaches», Expert Review of Vaccines,vol. 12, n.º 1, enero 2013, pp. 57-70. 

58.G.A. Poland y R.M. Jacobson, «The Re-emergence of Measles in DevelopedCou-ntries: Time to Develop the Next-GenerationMeaslesVaccines?» Vaccine, vol. 30, n.º 2, 5 de enero, 2012, pp. 103-104.

 59.D.L. Levy, «The Future of Measles in Highly Immunized Populations: A Modeling Approach», American Journal of Epidemiology, vol. 120, n.º 1, julio 1984, pp. 39-48.

 a la persona más vulnerable a la enfermedad. Existe un delicado equilibrio innegable entre la inmunidad protectora y la inducción de una mejorada propensión no solo a la enfermedad contra la que se vacuna, sino también a otras, y a menudo esta mayor propensión se debe a una vacuna que se administró para proteger.El virus reconoce y ata uno o varios receptores específicos de la super-ficie celular, permitiendo así la entrada a la célula. Algunos anticuerpos au-mentan la capacidad de los virus de infectar las células a las que se dirigen. Este fenómeno se denomina «mejora dependiente de anticuerpos» (ADE, por sus siglas en inglés: antibody dependent enhancement) de la infección.60Nadie discute el hecho de que las vacunas inactivadas del sarampión conducían a una reacción inmune anormal y, después, a una forma de pe-cado original antigénico.61 A lo largo de los años se han postulado varios mecanismos.El virus del sarampión tiene dos importantes proteínas en la superficie: H (hemaglutinina) y F (de fusión). La vacuna muerta solo programaba al receptor para fabricar anticuerpos para la H. Después, cuando el receptor se encontraba con el virus natural o un virus vivo atenuado de la vacuna, solo podía reaccionar a la proteína H, debido a una defectuosa programación inmunitaria inicial. Entretanto, la proteína F permitía el acceso viral a las células humanas, provocando que las víctimas fueran más susceptibles de lo que hubieran sido si no hubiesen estado vacunadas.62En la literatura sobre el sarampión se reconoce en múltiples ocasiones lo mucho que se sigue desconociendo sobre la patogénesis del virus del sarampión y sobre qué confiere realmente la inmunidad.

( El desarrollo de nuevas vacunas ha estado obstaculizado por una compren-sión incompleta de la inmunidad protectora y de la actividad favorecedora de la enfermedad de la vacuna inactivada.63 Esta actividad «favorecedora» se refiere a la mejora dependiente de anticuerpos).

 60.A. Takada y Y. Kawaoka, «Antibody-Dependent Enhancement of Viral Infection: Molecular Mechanisms and in vivo Implications», Reviews in Medical Virology, vol. 13, n.º 6, noviembre-diciembre 2003, pp. 387-398.

 61.Sukathida Ubol y Scott B. Halstead, «How Innate Immune Mechanisms Contribute to Antibody-Enhanced Viral Infections», Clinical and Vaccine Immunology, vol. 17, n.º 12, diciembre 2010, pp. 1829-1835.

 62.I. Iankov et al., «Immunoglobulin G Antibody-Mediated Enhancement of Measles Virus Infection Can Bypass the Protective Antiviral Immune Response», Journal of Virology, septiembre 2006, pp. 8530-8540.

 63.D. Griffin et al., «Measles Vaccines», Frontiers in Bioscience, vol. 13, enero 2008, pp. 1352-1370

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